Desde luego es difícil tener un mejor ejemplo de los contrastes en Japón que tanto le gustan a la prensa occidental. Un día estás asistiendo a una ceremonia budista en un templo de hace 300 años y al día siguiente disparando pistolas láser. Uno está tentado a pensar que a lo mejor no es tan raro como parece, al fin y al cabo también tenemos iglesias milenarias en Europa y no parece descabellado visitar la catedral de Santiago y al día siguiente meterse en una convención de videojuegos. Puede ser. Los templos orientales son exóticos simplemente porque no estamos acostumbrados a verlos. En el lado friki sin embargo estoy bastante seguro de que nos llevan una cómoda ventaja.
Empecemos por los templos. Nikko es un viaje que se puede hacer en un día desde Tokyo. Hay una zona a 10 minutos en bus desde la estación de tren donde están concentrados todos los templos famosos. Lleva unas horas verlos todos y uno se puede volver en tren despues pero echando un vistazo a los mapas y guías del centro de información turística la verdad es que hay un montón de sitios alrededor que también valen la pena: lagos, cascadas, montañas.... así que si uno hace noche puede echarse a descrubrir naturaleza al día siguiente. La zona de los templos está llena de dos cosas: templos y escaleras. Hoy, lunes, aún tengo agujetas y dolores de subirlas, Yuko me iba diciendo, “estas escaleras son famosas porque cada una es una única piedra, mira mira” mientras yo resoplaba, bastante seguro de que no eran famosas por eso. El camino hacia cada una de las dos tumbas de los Shogun tiene un montón de tramos con escaleras, torii y puertas con esculturas de dioses guardianes. El Shogun, que significa algo así como general, era el antiguo gobernador militar de Japón; el emperador tenía una posición simbólica sin poder real y eran los shogun los que realmente tenían el control político. Ieyasu Tokugawa, uno de los shogun que están enterrados en Nikko, es uno de los más importantes ya que consiguio la unificación de todo el país e inauguró una época de paz de más de 200 años gobernada por su dinastía, el famoso período Edo. Cuando uno llega arriba y ve su tumba, una especie de pagoda metálica pequeña, cerrada con un candado envejecido tambien de metal, le da la impresión de que ha hecho un camino ritual, una peregrinación hacia la tumba del antiguo general. Al principio del descenso, cuando uno puede ver desde donde ha subido, un letrero al borde nos invita a admirar por ultima vez, desde donde descansan los dioses, la tierra de los hombres. Desde luego, a los dioses les gustan las escaleras.

Al día siguiente madrugué para coger un tren hacia Chiba, donde tenía lugar el Tokyo Game show 2007. La verdad es que me gustan los juegos pero el TGS es casi exclusivamente de consolas y a mi me gusta el PC así que si fui fue mas bien por ver el ambiente porque asumía que no iba a conocer casi ningún juego. Hoy en día todos los lanzamientos potentes para consolas son Final Fantasy parte 13, Metal Gear parte 5 y cosas así, siempre me da la impresión de que llego 6 partes o años tarde, los juegos van muy rápido o yo me hecho un carroza más rápido aún.

Como esperaba, no entendía muy bien algunas cosas, como la gente que hace una cola de 4 horas para jugar a un juego que va a salir en 1 mes, pero aún así la cosa estuvo bastante bien. Aparte de un par de juegos con muy buena pinta y un par de friqueces interesantes, sin embargo, el mayor atractivo para los que no hacemos las colas en el TGS sigue siendo sacarle fotos a las azafatas y a la gente que hace cosplay. Os dejo con algunas fotos de esto y si quereis ver mas, tengo un monton aqui. Saludos!



