sábado, febrero 24, 2007

Mala pata

Me temo que no puedo contar muchas mas cosas interesantes sobre lo que ha sido mi primera semana en Tokyo. Por desgracia, no se muy bien porque, a principios de semana me empezo a doler una pierna de manera bastante alarmante y casi no he podido andar. Basicamente esta semana ha consistido en ir a trabajar en taxi, llegar a casa despues del trabajo, comerme una bola de arroz, leerme un volumen de Lobo Solitario (es acojonantemente bueno, un dia pondre un post) y a cama.

El jueves fui al medico, a una clinica que esta en el mismo edificio donde trabajo. Lo primero que me llamo la atencion es lo eficiente que fue todo. Desde que llegue a la clinica hasta que me atendio el medico (sin cita previa) pasaron aproximadamente 7 minutos, en los que dio tiempo ademas a hacerme un dossier y una tarjeta de la clinica (si sabes japones, llegas, insertas la tarjeta en una maquina, pinchas en "quiero ver al dermatologo" y te dice, "sala 2, espera estimada 3 minutos"). La charla con el medico me hizo darme cuenta de que es bastante mejor de que no me pase nada grave en este pais, o al menos nada que requiera que haya un cierto nivel de comunicacion entre medico y paciente, porque sino la llevamos clara...

No se que os esperais si venis a Japon con respecto a su nivel de idiomas, pero creo que os llevariais una sorpresa. Parece mentira en un pais tan influenciado por la cultura occidental en ciertos aspectos y en cuyo idioma practicamente cualquier palabra de menos de 100 anhos esta en ingles (mas o menos), pero lo cierto es que en Japon no habla ingles ni el tato. En serio, si encontrais a alguien que os sepa decir yes, no y thank you, seguro que era el alumno aventajado de la clase al que todos copiaban los deberes. Estoy deseoso de colarme en una clase de ingles para japoneses para saber que conho esta pasando aqui, porque haberlas hailas, un porcentaje considerable de los extranjeros que viven en este pais lo hacen dando clases de ingles. Lo peor no es solo que lo hablen mal, en realidad muchas veces son incluso capaces de explicarse, lo peor es que por lo general no entienden una palabra, pero aun asi son tan educados que sonrien, dicen que si y hacen una reverencia. Esto puede inducirte a pensar que te han entendido, pero lo cierto es que no. Por lo que he podido averiguar preguntandoles a amigos japoneses la culpa de todo esto lo tiene el sistema educativo: Japon siempre ha sido un pais muy cerrado hacia la influencia cultural extranjera, y el estudio del ingles nunca ha sido una prioridad. Me imagino ademas que los profesores habran sido japoneses que malamente conocian la leccion que tenian que dar. Esto hasta cierto punto tambien pasa en Espanha, yo he tenido profesores de ingles que se leian lo que tenian que dar el dia anterior, y entre eso y que doblamos todas las peliculas y series se explica un poco el nivel bastante nefasto del ingles en Espanha. No obstante en Japon es bastante peor. Si venis por aqui de vacaciones no os preocupeis, al final con signos y hacer un poco el tonto uno se acaba entendiendo, pero desde luego no espereis manejaros en ingles porque la cosa esta jodida.

Bueno, y esto ha sido todo por ahora. Si manhana estoy mejor supongo que intentare hacer algo (tengo tantas cosas que quiero hacer que casi no se por donde empezar).

Por cierto, no estais flipando con la frecuencia con la que posteo?

lunes, febrero 19, 2007

Primeros pasos

Llevo tres dias en Tokio. Esta siendo todo bastante frenetico y, como siempre, nada transcurre normalmente. No se si me pasa solo a mi, pero cuando llego a un sitio nuevo todo se configura para ocurrir de forma (aun mas) rara.

Lo primero que me gustaria es dar un consejo practico. Mirad siempre bien el limite de equipaje de la aerolinea con la que esteis viajando y NO lo sobrepaseis (sobre todo si es Virgin). Os intentaran cobrar los kilos extra como si fueran de percebes. Creo que me puedo ahorrar el relato patetico de idas y venidas en el aeropuerto con maletas de aqui para alla, sacando pilas de una (prohibidas), tirando desodorantes de otras (prohibidos) o poniendo pasta de dientes en bolsas de plastico.

De momento me ha dado tiempo a llegar, dar una vuelta con mi novia en la que malamente conseguia mantenerme despierto, decirle adios por la manhana (se va una semana a Nueva York por trabajo, me deja solo una semana, solo ante el peligro, socorro!), dormir hasta las 4, salir a dar una vuelta, me atropellan 3 bicicletas (aparatos demoniacos), ver el espectaculo de luz que es Tokyo por la noche, pasar la siguiente noche en vela e ir hoy a trabajar.

Durante todo el trayecto al trabajo fui el unico extranjero que vi, lo que me hizo sentirme orgulloso por una parte y preocupado por otra (tiene que haber una razon no??). La gente se empuja para entrar, van a la carrera hacia los sitios en el tren, llevan mascaras de cirujano para no contagiarles el catarro a los demas, miran mucho (pero mucho) el movil y se pueden quedar dormidos en cualquier sitio. El transporte publico, aunque es muy puntual, es bastante maligno y merece un post en si mismo que aun no estoy preparado para escribir porque no lo entiendo bien del todo. Estoy aun en la fase del mono. Si alguien compra un billete, yo lo imito, si la gente va por alla en masa, alla voy yo detras. El problema del mono son los trenes express, que son trenes a mala leche que se saltan algunas estaciones y te pueden dejar donde cristo perdio la boina o como sea el refran ese. La siguiente fase es la del pez: uno cree que se maneja bien pero tiene una memoria de mierda y en cualquier momento se encuentra perdido en un sitio que nunca ha visto antes. Pero yo aun no estoy ahi. Otra cosa, y esto es tan ridiculo que aun no estoy seguro de estar haciendolo bien, es que las lineas de tren son independientes y se necesita un bono o tarjeta diferente para cada una. Imaginad el caos que es eso. El mes que viene van a implantar un nuevo sistema para poder usar una sola tarjeta, que es algo tan evidente que sinceramente es todo un shock que no se les haya ocurrido antes. Quiza por eso este nuevo sistema se llama PASMO , como el que le daria a cualquiera que se lo cuenten vaya.

Por lo demas, todo marcha bien. La comida es tan buena que incluso cuando me como cosas que deberian estar calientes frias estan ricas. La gente es amable y educada, o por lo menos esa es la impresion que me da (podrian estar diciendo cualquier cosa). Creo que esto va a ser dificil, no hay duda, no hay mas que mirar a cualquier papel escrito para darse cuenta, pero tambien divertido, diferente, y muchas cosas mas con di-.

Yo de momento me concentrare en intentar disfrutar (di-) lo que pueda y formar cada vez mas parte de todo esto. Por ejemplo, cuando tengo que andar entre la multitud, de una estacion a otra, cierro los ojos y solo oigo pasos, toda una sinfonia de pasos, y los pasos son todos iguales, los suyos, expertos, y los mios, los primeros.

sábado, febrero 10, 2007

La gran evasión

Con mucha diferencia, lo peor de mudarse es el transporte físico de efectos personales. Dejar a amigos y familia, llegar a una ciudad que no conoces, aprender un idioma de locos, acostumbrarte a un nuevo trabajo... todo eso es más o menos difícil o incluso traumático pero no es ni remotamente comparable al hecho fatídico y penoso de tener que hacer las maletas.

Para empezar, como todos los que estudiamos ciencias sabemos, el universo tiende a un estado de máxima entropía o desorden, y un ejemplo a pequeña escala del universo podría ser perfectamente mi habitación. Después de varios años de esfuerzo distribuyendo por ella uniformente papeles, ropa sucia, cds, libros y en general mierda, es antinatural intentar seleccionar y empaquetar todo en el volumen reducido de una caja o maleta. Ademas las cajas suelen tener forma de cubo y no todo es cúbico: como se mete un zapato en una caja o maleta? mmm, vale, en una caja de zapatos, gran idea, ¿ves? ya sabía yo que tener un blog y escribir me era útil de alguna forma.

Recogiendo, seleccionando y empaquetando me he dado cuenta de varios hechos curiosos:

  • No había perdido tantos paraguas como creía en un principio
  • Me he olvidado de dar un par de regalos a alguien
  • La cocina no es el único sitio donde buscar vasos o pizza
  • Que asco

Al final, casi todo el peso y el espacio en las cajas lo ocupan libros, libros y más libros, de todos los tamaños imaginables y que nunca coinciden bien con el de la caja. Yo todavía no entiendo eso de que el saber no ocupa lugar. Debe ser el saberselo todo de memoria.

Lo peor es que mudarse no solo nos afecta a la hora del traslado en si. Si uno cambia de sitio o domicilio con relativa frecuencia (mi caso en los últimos 5 años), el miedo al hecho del empaquetaje (empaquetamiento? empaquetación?) está siempre presente en cualquier momento en el que la masa total de nuestras pertenencias puede incrementarse. Por ejemplo, desde hace bastante ya procuro leer libros más cortos y sólo si los tienen en edición de bolsillo. Cuando dudo entre dos he llegado a poner uno en cada mano y escoger el más ligero. También he dejado de comprar discos. No es por nada del canon, ni la sgae, ni el tedi flautista ese ni ningún fetiche informático de moda, sino porque pesan, y el peso es el mal. Los dvds están automáticamente descartados por el obsceno tamaño de las cajas. Y bueno, ya ni hablo de comprar muebles, solo reservado al masoquista más radical o al típico que te invita a tomar café y cuando llegas te pone a cargar la furgoneta de su mudanza. Uno acaba teniendo miedo de comprar cosas nuevas porque no puede dejar de imaginarse esa cosa en una maleta sobre su espalda, y este estado psicológico es claramente inaceptable en una sociedad de consumo como la nuestra.

¿Cual es la solución? ¿Hay algo que nos permita no renunciar a tener posesiones materiales pero que no nos haga esclavos de ellas? Una clara es comprarse una casa, pero parece haber una conspiración a muy alto nivel entre las discográficas/editoriales/ikea y las inmobiliarias a este respecto, que sube los precios hasta un nivel en el que aún tengo que traducir a pesetas para saber si va en serio o no, así que esta opción no es viable. Lo que yo he hecho es ponerme una meta: tengo que poder tener todo lo que vale la pena tener en un disco duro externo de 300Gb (mi perro fiel, al que me voy a referir a partir de ahora como Cerbero). El disco duro externo es la meca del viajero, del vago o del viajero vago. Pesa poco, es universal y puede contener, con un poco de dedicación y una conexion a internet, casi todo lo que necesita una persona que, siendo sinceros, son básicamente libros, películas y canciones. No es un medio perfecto aún. Los libros son bastante incómodos de leer en el ordenador (y es lo que más pesa!) y hay aún un cuarto elemento en discordia, la ropa, que parece un objetivo difícilmente alcanzable para nuestro Cerbero. No obstante, es un comienzo y yo he logrado reducir la masa total de viaje sensiblemente.

Hay más cosas dolorosas en irse de un país. Cambiar todas las facturas de nombre por ejemplo. Tal y como funciona eso aquí me estoy planteando decirle al banco que rechace todos los cargos y asumir mi cara en un cartel de wanted cuando vuelva por Europa. Pero esto es otra historia, una que con toda probabilidad no merece ser contada.

Ah! Por cierto, que todo esto venía a que dentro de menos de una semana estaré ya en Tokyo. Me he propuesto cambiar el estilo del blog un poco, voy a intentar hacer algo un poco más clásico, ya sabes, más posts, más cortos, alguna fotillo... ahora a ver si lo hago en vez de decirlo. En cualquier caso por mucho que escriba ahora mismo de lo que no me escapo es de 4 cajas con logos de FedEX y hasta los topes de libros que me están mirando desafiantes. La lucha no ha terminado: será larga y dolorosa, pero se que ganaré porque tengo a Cerbero de mi lado.